Pederastia
Sale en libertad 'Nanysex', el mayor pederasta de España, tras pasar 20 años en prisión
Fue en 2008 cuando la Audiencia Provincial de Madrid le condenó a 58 años de cárcel por cinco delitos de abusos sexuales y seis de corrupción de menores cometidos entre 2002 y 2004.
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Álvaro Iglesias Gómez, alias Nanysex, ha salido de prisión tras cumplir de forma íntegra la condena que le impusieron por abusar sexualmente de cinco menores de corta edad y grabar las agresiones para distribuirlas por internet.
Las víctimas eran bebés de entre uno y tres años. Su nombre quedó ligado para siempre a una de las redes de pederastia más impactantes descubiertas en España. Hoy, ya sin ninguna cuenta pendiente con la justicia, vuelve a caminar en libertad.
Condenado a 58 años de prisión
Fue en 2008 cuando la Audiencia Provincial de Madrid le condenó a 58 años de cárcel por cinco delitos de abusos sexuales y seis de corrupción de menores cometidos entre 2002 y 2004. Un año más tarde, el Tribunal Supremo revisó la sentencia y redujo la pena a 44 años y medio, eliminando la agravante de abuso de confianza por entender que ya se había tenido en cuenta la especial vulnerabilidad de los niños.
"No se puede valorar dos veces una misma situación fáctica para dar lugar a una doble situación de agravación", explicaba el tribunal.
Ejercía como canguro
Nanysex se aprovechaba de su imagen de joven simpático, apasionado de la informática, para colarse en hogares familiares como canguro. Anunciaba sus servicios con textos como. "Canguro a domicilio. Experiencia con niños y educación infantil. Si además tienes ordenador en casa, cursos de informática para niños. Disponibilidad, tardes, noches y fines de semanas".
Tras ganarse la confianza de las familias, cometía las agresiones y grababa las escenas con una cámara oculta. Luego, distribuía los vídeos a través de foros especializados de internet y redes clandestinas, ayudado por su propio cibercafé en Murcia.
Reconoció los hechos
Durante el juicio, reconoció los hechos y confesó sentir atracción solo por niños menores de cinco años. Llegó a declarar que aceptaría una castración química "si fuera necesario", aunque nunca se llegó a aplicar ningún tratamiento. Uno de los momentos más tensos del proceso se vivió cuando el padre de una de las víctimas, visiblemente alterado, le propinó un puñetazo en plena sala. Otra madre también trató de agredirlo durante uno de los traslados a los calabozos.
La red que dirigía no operaba en solitario. Estaba formada por otros tres hombres, entre ellos Todd y Aza, de Cataluña y Galicia, con los que compartía el material. El contenido se difundía en la deep web, mucho antes de que existieran las redes sociales actuales. Según informó ABC, incluso durante su paso por el Centro de Inserción Social de Alcalá, ya en el tramo final de su condena, fue sorprendido accediendo a pornografía infantil.
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